miércoles, 16 de marzo de 2016

Leyenda maya


Antiguamente, no había sobre la tierra ningún hombre, ningún animal, ni árboles, ni piedras.
No había nada. Esto no era más que una vasta extensión desolada y sin límites, recubierta por las aguas.
En el silencio de las tinieblas vivían los dioses Tepeu, Gucumats y Huracán. Hablaban entre ellos y se pusieron de acuerdo sobre lo que debían hacer.
Hicieron surgir la luz que iluminó por primera vez la tierra.
Después el mar se retiró, dejando aparecer las tierras que podrían ser cultivadas, donde los árboles y las flores crecieron.
Dulces perfumes se elevaron de las selvas nuevas creadas.
Los dioses se regocijaron de esta creación. Pero pensaron que los árboles no debían quedar sin guardianes ni servidores. Entonces ubicaron sobre las ramas y junto a los troncos toda suerte de animales.
Pero éstos permanecieron inmóviles hasta que los dioses les dieron órdenes:

-Tú, tu irás a beber en los ríos. Tú, tu dormirás en las grutas. Tu marcharás en cuatro patas y un día tu espalda servirá para llevar cargas. Tú, pájaro, vivirás en los árboles y volarás por los aires sin tener miedo de caer.

lunes, 14 de marzo de 2016

Leemos cuentos

EL ZORRO Y EL QUIRQUINCHO
Un día hicieron una sociedad el zorro y el quirquincho. El zorro dio su chacra al quirquincho para que la sembrara a medias.
Como el quirquincho tiene fama de ser poco inteligente, el zorro pensó que se aprovecharía de su trabajo, y le dijo:
-Este año, compadre, como es justo, será para mi todo lo que den las plantas arriba de la tierra y para usted lo que den abajo.
El quirquincho sembró papas. Tuvo una magnífica cosecha y al zorro le tocó una cantidad de hojas inservibles.
Al año siguiente el zorro, molesto por el mal negocio, le dijo a su amigo:
-Este año, compadre, como es justo, será para mi lo que den las plantas debajo de la tierra, y para usted lo que den arriba.
-Bien compadre, será como usted dice.
El quirquincho sembró trigo. Llenó su granero de espigas y al pobre zorro le tocó una cantidad de raíces inútiles.
" No me dejaré burlar más" , pensó. Y le dijo al compadre:
-Este año, ya que usted ha sido tan afortunado con las cosechas anteriores, será para mi lo que den las plantas arriba y abajo de la tierra. Para usted será lo que den al medio.
-Bien compadre, ya sabe que respeto su opinión.

El quirquincho sembró maíz. Sus graneros se llenaron nuevamente de magníficos choclos y al zorro le correspondieron las flores y las raíces del maizal.